sábado, 11 de abril de 2020

Política Necia


Hubo un rey que por su necedad dividió a la nación que gobernaba. El pueblo le pidió que los tratase mejor que su padre con la promesa que le servirían de buen grado. El rey fue a pedir consejo a los consejeros que lo habían sido de su padre. Le aconsejaron que sirviera al pueblo tratándolos bien y así se granjearía su lealtad. Esto no convenció al joven e inexperto rey que les respondió con rudeza y, ni corto ni perezoso, fue a pedir consejo a sus amigotes de juegos y chiquilladas. Ellos le aconsejaron todo lo contrario a los consejeros de su padre, convenciéndolo (a todas luces ya estaba más que convencido) para que fuese más severo en su trato al pueblo que su propio padre. Desde ese momento la nación quedó dividida en dos. Esa nación fue Israel, el rey, Roboam y su padre, Salomón.[1]
Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; Mas en la multitud de consejeros hay seguridad. (Proverbios 11:14)
Esta historia bíblica muestra una vez más la rabiosa actualidad que esconde. Su lectura debería ser obligatoria porque de ser así la sociedad sería un poco más justa y sabia. Roboam era un rey inexperto pero ese no era el problema. El problema fue su necedad. Desechó a los expertos en beneficio de necios como él. Tristemente eso ocurre hoy en España. Los que gobiernan son necios que desoyen los buenos consejos aplicando la mentira, los intereses personales y la sed de poder. Cuando la Palabra nos habla de nuestro estado de corrupción y podredumbre mete el dedo en la llaga, nunca mejor dicho.

A Jesús le pasó algo igual pero a la inversa. Él fue quien recibió el embiste de los malos consejeros que pidieron a gritos su muerte en la cruz. Esta semana recordamos el hecho del sufrimiento de Jesucristo. Pareció que fue derrotado pero nada más lejos de la realidad. Al tercer día resucitó de la muerte y muchos lo vieron. En la historia de Roboam Dios muestra que era Su voluntad lo que sucedió. Con Cristo ocurrió lo mismo. Su muerte y Su resurrección ya estaban planificadas desde la eternidad. Dios está al control de todo, por algo es Dios. De igual forma, todo lo que sucede a nivel social y político está controlado por Dios y es simplemente una muestra más de lo que una sociedad que vive de espaldas a Dios produce. Querido lector, aún hay tiempo de arrepentirse de los pecados, creer en Jesús como Señor y Salvador para salvarse eternamente del infierno eterno. Hazlo hoy, mañana puede ser muy tarde.

¡Resucitó! Los corruptos no pudieron con Él.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!


[1] 1 Reyes 12:1-24

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