sábado, 29 de diciembre de 2012

Navidad IV: Familia, Pastores y Astrónomos


Cada día estoy más convencido de que la cosa más importante en la que puedo invertir mi vida es compartir el evangelio con todos los que se crucen en el camino. Internet es una buena herramienta para este fin. Está a punto de comenzar un nuevo año y no encuentro forma mejor para despedir este que nuevamente explicar el mensaje urgente y necesario que se halla en las páginas de la Biblia y cuyo protagonista es Jesús. La exposición del evangelio es tan sencilla que hasta los niños la entienden.

El ser humano desobedeció a Dios, es decir, pecó contra Él apartándose de sus caminos y dando la espalda al Creador. Infringir la ley trae sus consecuencias ya que el delito debe pagarse. Nuestro pecado fue tan grande que desde entonces el castigo es la muerte física. Nuestro pecado fue tan grande que no podemos, por nuestros propios medios, hacer nada por librarnos de él. Dios mismo, el agraviado, ideó el plan para que pudiésemos ser perdonados. Mandó a Jesús a pagar por nuestros pecados y delitos y así, si creemos en Cristo y nos arrepentimos de corazón de todo pecado cometido, Él nos recibe como hijos de pleno derecho. Si por el contrario, no crees y no te arrepientes, estás a la espera del juicio irremediable de Dios en el cual se te condenará por no haber aceptado a Jesús como Señor y Salvador de tu vida. Así de simple y así de claro. No hay otro evangelio diferente a este. Hoy Jesús te invita a que te acerques a Él de forma amorosa porque el evangelio es para todos.


Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. (Juan 1:12)






Hay, en el relato del nacimiento de Jesús, un rasgo particular y que, en términos modernos se podría decir que lo globaliza, lo hace universal. Este rasgo hace que Jesús sea dado para todos y cuando digo "todos", es TODOS. En Belén estuvo representado en cierta forma todo el mundo: la familia, los trabajadores y los eruditos.

La familia, como Dios la instituyó, es la base de la sociedad.

Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. (Génesis 2:24)

Otro concepto de familia es un error y desvirtúa el plan creado por el mismo Dios. Apartarse de este concepto en pro de los supuestos derechos de personas que no están dispuestas a ceñirse al plan establecido por Dios es pecado. El pecado puede democratizarse, es decir, esta sociedad puede decidir qué es y qué no es pecado, pero esto no quita las consecuencias del pecado en las vidas de los que practican tales comportamientos. Estas consecuencias son el deterioro de la imagen personal, trastornos afectivos, complejos, enfermedades, soledad, incomprensión, rechazo y sobre todo, como cualquiera que vive lejos de Dios, la muerte eterna. Si la familia se llegara a perder, como poco a poco se va perdiendo, estamos en un gran problema. La verdadera familia, según la Biblia, es aquella que comienza con un hombre y una mujer que se comprometen a las duras y a las maduras y que el fruto de su amor les bendice con hijos. Lo demás es pecado.

Los pastores representan a la clase trabajadora. Ellos escucharon el mensaje de los ángeles y se dirigieron al sitio donde nació Jesús.

Me impresiona esta reacción por parte de estos trabajadores. Dejaron su trabajo descuidado por ver el milagro del nacimiento del que sería su Señor y Salvador. ¿Cuántos estarían dispuestos a dejar su seguridad por esta causa? ¿Cuántos de los que lean estas torpes palabras escritas por mi mano reaccionarán positivamente ante el magnífico mensaje del evangelio? La Palabra de Dios nos dice:

Porque muchos son llamados, mas pocos escogidos. (Mateo 20:16b)

El contexto en el que Jesús dice estas palabras es una historia (parábola) sobre trabajadores y el pago que cada uno recibe. ¡DIOS PAGA A TODOS LOS QUE TRABAJAN PARA ÉL IGUAL! En un mundo donde el paro va en aumento Dios te dice que la mejor elección es trabajar en su Reino. Estás siendo llamado por Dios como aquellos pastores de Belén ¿acudirás a su encuentro?


Los astrónomos son la representación de la clase intelectual. Ellos han notado algo especial en sus observaciones y pesquisas en el cielo. Vieron una estrella especial y se dispusieron a seguirla. ¿Qué siguen hoy nuestros intelectuales? ¿Qué persiguen nuestros políticos? Esta señal en el cielo llevó a estos astrónomos a la mismísima presencia de Jesús. Allí ofrecieron los más ricos tesoros que tenían y que no eran incienso, mirra y oro, sino sus propias vidas entregadas a la voluntad de aquel Niño. Estos eruditos habían aprendido muy sabiamente lo que Cristo recalcó en cierta ocasión.

Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? (Marcos 8:36)

Los astrónomos de la historia dejaron la seguridad de sus hogares y se dispusieron a viajar lejos. Hoy día no se está dispuesto ni siquiera a levantarse del cómodo sofá, desempolvar la Biblia que se tiene como ornamento decorativo en la librería e investigar como los eruditos de la historia y descubrir que la señal los condujo al Salvador de sus vidas. La Biblia es la luz que puede iluminar tu vida y llevarte a un encuentro personal con Jesús. Recuerda: el cristianismo no es una religión sino una relación profunda con Cristo. Emprende el viaje de la lectura de la Biblia. Deja los prejuicios y tu aparente comodidad que no hace otra cosa que ocultarte lo que Dios mismo quiere que comprendas: Jesús te ama y entregó su vida por ti.


Todos provenimos de una familia normal. Hasta los que reniegan de esta y quieren ampliar el concepto se han originado en una familia de toda la vida. Algunos somos trabajadores honrados que intentan subsistir y otros son gente estudiosa. Lo extraordinario es que la escena de Belén nos representa a todos por igual. Dios llama a pobres, ricos, necios, sabios a rendirle adoración en la persona de su Hijo Jesús. Es que todos somos iguales frente a Dios. La diferencia estriba en responder a su llamado.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. (Juan 3:16)

¿Responderás tú a la señal?

¡QUE DIOS TE BENDIGA ESTE PRÓXIMO 2013!

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