La película Como Dios,
protagonizada por Jim Carrey, nos transporta a un hipotético caso en el cual
Dios, Morgan Freeman, le cede su puesto a Carrey, Bruce Nolan en el film. Él intenta
satisfacer las peticiones de todo el mundo literalmente y se mete en un lío de inmensas
proporciones. Más allá de las necesidades superficiales que las personas
tienen, como podrían ser el dinero o el estatus social, existen necesidades
mucho más profundas que son las reales. ¿Si tuvieras la posibilidad de cubrir
las necesidades de este mundo qué harías? ¿Lo mismo que Bruce?
La rectitud y la justicia son el cimiento de tu trono; el
amor inagotable y la verdad van como séquito delante de ti. (Salmos 89:14)
Dios no cede su puesto a nadie. Es sano reconocer que somos
seres limitados en comprensión y acción, y Él lo sabe. Por eso Dios solo hay
uno y el resto es su creación. La altivez del ser humano, creado por Dios, le
lleva a pensar que haría las cosas mejor que Él si tan solo tuviese su poder. Si
nos acercamos a su trono, tal como lo haríamos ante nuestro rey en España,
recibiríamos rectitud, justicia, amor y verdad. ¡Eso es lo que realmente
necesitamos! Dicho con otros sinónimos: honradez, igualdad, cariño y realidad.
Las cuatro necesidades reales anteriores cubren todo lo que
podamos desear o soñar. Necesitamos que Dios nos guie por un camino recto, que
nos imparta su justicia por igual, que nos inunde con su amor genuino y que nos
revele su verdad al corazón y a la mente. El caso es que ya ha hecho todo lo
anterior, aunque algunos no se han dado cuenta aún. En Cristo hayamos rectitud
porque no se halló pecado en Él; en Cristo encontramos justicia porque pagó por
nuestros pecados sin que lo merezcamos; en Cristo se encuentra el amor puro que
nadie puede darnos; en Cristo se halla la verdad que todos deseamos escuchar. Cree
en Jesucristo y recibirás lo que tu alma anhela.
¿Qué puedes desear mejor que esto?
¡QUE DIOS TE BENDIGA!
No hay comentarios:
Publicar un comentario