sábado, 5 de marzo de 2022

¡Una Década Ya!

Un día 3 de marzo de 2012 comenzó el viaje de escribir sábado tras sábado (¡sin fallar ni uno, a Dios gracias!) este blog. La idea me la inspiró el ministerio cristiano “On the Red Box” o la Cajita Roja que mi pastor compartió al grupo de jóvenes. Desde entonces no he parado de escribir y ahora voy a disfrutar del trabajo realizado, ¡que me da para otros diez años!, aprovechándolo cada sábado nuevamente, Dios mediante. El evangelio, las buenas noticias de Jesucristo, es sencillo de explicar, pero inagotable en sus formas de hacerlo. De forma humilde he demostrado estos años que esa es la realidad. A mi buen Señor dejó los resultados sabiendo que Su Palabra NUNCA vuelve vacía, siempre trae frutos. Recuerda: No pierdas la oportunidad de reconciliarte con Dios ahora que aún puedes, mañana puede ser tarde.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. (Juan 3:16)

¡A Dios la gloria por esta década!

Aquí te dejo mi primera entrada de este blog: El Soplete.

https://eternamentesalvo.blogspot.com/2012/03/el-soplete.html

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 26 de febrero de 2022

Conflictos

Vivimos inmersos en conflictos. A veces los conflictos vienen de nuestro círculo próximo, la familia y amistades. En otras ocasiones los conflictos se dan a nivel laboral, social y político. Además, nuestros conflictos internos, sean reales o ficticios, los sufrimos continuamente. De una forma u otra no dejamos de batallar con los conflictos. Lo peor de todo es que en multitud de circunstancias no podemos quitarnos los conflictos de encima debido a que no sabemos cómo vencerlos. ¿Cómo salir airoso de los conflictos que crean otros a nivel mundial? ¿De qué forma salir ileso de los ataques de otros? ¿Y qué decir de la solución de los sentimientos adversos que atacan diariamente a la mente y al corazón?

Y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Y vosotros sois testigos de estas cosas. (Lucas 24:46-48)

Los seres humanos somos expertos (palabra muy en boga en la actualidad) en crear conflictos. Pienso que esta faceta humana es la que mejor se nos da. Son los conflictos personales, sociales, culturales, religiosos y económicos los que han provocado guerras, asesinatos, abortos, divorcios, suicidios y un sinfín de problemáticas aterradoras para este mundo. ¡Y seguimos erre que erre! Tropezamos con la misma piedra, no recordamos los desatinos funestos del pasado y allá que vamos a meternos en conflictos una y otra vez. ¿De dónde nos viene ese imán que hace que nos atraigan tanto los conflictos? El primer conflicto lo provocamos nosotros mismos. Fue un conflicto que nos trajo al lugar donde hoy estamos. Hemos avanzado en el conocimiento, la tecnología y la ciencia, pero hemos bajado en el escalafón de la moral y la razón, la espiritualidad y la cordura.

El primer conflicto fue dar la espalda a Dios en el Edén, desobedeciéndolo. Desde ese instante de ruptura arrastramos deficiencias que nos dirigen hacia los conflictos como los ríos desembocan en el mar. Por nuestros conflictos fue necesario que Jesucristo padeciese en una cruz dando Su vida para solucionar el problema que generamos con Dios. Jesús resucitó, de lo cual hubo muchos testigos que lo certificaron, venciendo a la muerte eterna que nuestros conflictos acarrean. La muerte eterna nos abocaba irremisiblemente a la separación de Dios por la eternidad, el infierno. Desde la muerte y resurrección de Cristo nuestro conflicto, madre de todos los conflictos, tiene solución. El mensaje del evangelio de Jesucristo nos da una salida, la única salida: Arrepintámonos de nuestros pecados y seremos perdonados por Dios. Este es un llamado a todas las personas de todas las naciones por igual, y para ti.

Jesús hizo Su parte: Arregla tu conflicto con Dios ahora.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 19 de febrero de 2022

Preguntas y Respuestas

En la Biblia están las repuestas a las preguntas que toda persona se hace. Si realmente se quiere hallar la respuesta en la Biblia, la Palabra de Dios al hombre, ahí la tiene a su alcance. Primera pregunta: ¿Dónde estamos? (¿Cuál es la naturaleza del mundo que nos rodea?). Respuesta: Habitamos en la tierra, la cual es parte de la buena creación del único Dios vivo y personal. Segunda pregunta: ¿Quiénes somos? (¿Cuál es la naturaleza esencial de la humanidad?). Respuesta: Somos personas humanas creadas por este Dios a su misma imagen; una de las criaturas de Dios, pero únicos entre ellas en cuanto a relaciones espirituales y morales y en cuanto a responsabilidad. Tercera pregunta: ¿Qué es lo que ha salido mal? (¿Por qué se encuentra en semejante desorden el mundo?). Respuesta: Por la rebelión y desobediencia contra nuestro Dios Creador, hemos generado el desorden que ahora vemos en derredor en todos los órdenes de nuestra vida, relaciones y entorno. Cuarta pregunta: ¿Qué solución hay? (¿Qué podemos hacer para solucionarlo?). Respuesta: Nada por nuestra propia cuenta. Pero la solución ha sido iniciada por Dios mediante su elección y creación de un pueblo, […], a través del cual se propone brindar bendición a todas las naciones de la tierra y en última instancia renovar toda la creación.[1]

Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo. (Hechos 3:19-21)

La profecía se cumplió y Jesucristo vino a cumplirla por medio de reconciliar a los hombres con Dios por causa de los pecados de aquellos y restaurar, en el futuro, la creación que deterioraron por la rebelión con que se amotinaron contra Dios. Las respuestas a las preguntas enunciadas arriba las contesta la Biblia y Jesucristo, igualmente, las contestó una a una. Si no te satisfacen las respuestas seguirás en una grave posición delante de Dios. Tu falta de arrepentimiento por tus pecados y tu falta de fe en Jesucristo te llevarán donde no quieres: al infierno. Y es que a veces, las respuestas no gustan (¿Quién ha dicho que es cuestión de gusto?) o no se quiere dar el brazo a torcer (orgullo). La cruz que sufrió Jesús por tus pecados y los míos nos pregunta: ¿Quieres ser salvo? Respuesta: … (A ver qué le respondes). Ahí lo dejo.

La pelota está en tu campo…

¡QUE DIOS TE BENDIGA!


[1] Christopher Wright. La misión de Dios (Buenos Aires, Argentina: Certeza Unida, 2009), 69-70.

sábado, 12 de febrero de 2022

Dios Hará la Vista Gorda

“Al final, Dios pasará la mano, hará la vista gorda y no tendrá en cuenta los pecadillos que haya podido cometer. Dios es un bonachón y por mucho que haga en Su contra no me lo tendrá en cuenta si hay un Juicio Final”. Eso pensaría el malhechor que en la cruz sermoneó a Jesús pidiéndole que se salvará a sí mismo y, de camino, los salvara a ellos (Lucas 23:39). Dios es Bueno y Misericordioso, pero no transige con los que piensan como este pecador. Sin embargo, el otro malhechor reconoció que Jesús no merecía estar a su lado sufriendo el mismo castigo de cruz que él sufría. Su petición fue humilde: “Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino” (Lucas 23:42). Jesús le prometió que no hacía falta tal evento para que Él se acordase del malhechor arrepentido, sino que desde ese momento sería recibido en el cielo.

Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento. (Isaías 64:6)

El profeta Isaías nos recuerda de qué estamos hechos. La cruda realidad de la pocilga en la que vivimos a causa de nuestros pecados no deja lugar a dudas de lo apartados que vivimos de Dios. Todos hemos sido pretensiosos ante Jesucristo retándole a que, si es Dios, si es Bueno, debe salvarnos porque así hace honor a Su Buen Nombre. ¡Tenemos lo desfachatez de decirle lo que debe hacer por Su bien y por el nuestro! ¡Tócate las narices! La realidad es que somos sucios, trapos de inmundicia (compresas menstruosas), caídos y sin rumbo. Dios es Justo y Santo, tres veces Santo. ¿Eres como Él? ¿No? ¡No! Estás en serios problemas.

Dios no hará la vista gorda cuando te presentes ante Él en el Juicio Final. ¿Quién te defenderá? Tu religión, tu filosofía de vida, tus méritos y logros no podrán defenderte. Tus pecados contra Dios te acusan y cuando llegues (¡que llegarás!) nada ni nadie te podrá defender. Pero Dios no se ha quedado solamente en decirnos la verdad pura, dura y cruda a nuestra cara. Al igual que Dios es Santo y no pasará la mano con nuestros pecados, ha propiciado la forma de salir airosos de nuestra culpabilidad ante Él. Nuestros delitos fueron pagados por Jesús en una cruz, porque Dios no podía pasar por alto nuestros pecados sin un merecidísimo castigo. Jesucristo pagó en lugar nuestro las costas de nuestro perdón a Su Padre. La deuda quedó pagada. Totalmente pagada. ¡Todos tus pecados han sido perdonados y olvidados por Dios! Solo una cuestión te sigue separando de experimentar el perdón de Dios: tu incredulidad. Si deseas recibir el perdón de Dios, cree en Jesucristo que te rescató derramando su sangre en la cruz para que pudieses reconciliarte con Dios y librarte del infierno. Pídele perdón por tus pecados hoy y Dios los perdonará gracias al sacrificio de Cristo en la cruz.

¿Qué malhechor eres?

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 5 de febrero de 2022

Kairós

Kairós es una palabra griega muy especial para definir el tiempo. Kronos era usado por los griegos para medir el tiempo tal y como nosotros lo medimos hoy. De esa forma sería una medida matemática que divide la vida en segundos, minutos, horas, días, años… Mientras que Kronos es una medida tangible, Kairós es un espacio de tiempo oportuno o adecuado. En la Biblia, Kairós, es un tiempo determinado por Dios. Kairós se refiere a la nueva oportunidad que Dios da a todos aquellos que, por medio de la fe en Jesucristo, han sido salvados del pecado, de la muerte y del infierno.

Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio, habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad. (1 Timoteo 1:12-13)

El apóstol Pablo se dio perfecta cuenta de la oportunidad que Jesucristo le dio para enmendar su vida y no la desaprovechó. Pablo describe su vida antes de su encuentro con el Señor con palabras que no dejan lugar a dudas de la distancia infinita a la que se hallaba de Cristo. Pablo fue, en sus propias palabras, un blasfemo (sacrílego), un perseguidor (cazador), y un injuriador (agresivo). ¡Y encima lo justificaba pensando que era la mano ejecutora del mismo Dios! Pero el Jesús al que maldecía le salió al encuentro por pura misericordia ante la ignorancia e incredulidad que el apóstol exhibía. No es de extrañar que resumiera su Kronos antes de su Kairós dando primero las gracias a Cristo Jesús por la nueva oportunidad de gastar la vida en lo adecuado que Dios había preparado para él: ser apóstol a los gentiles. De verdugo a libertador.

Querido lector: Hasta los peores podemos disfrutar del Kairós de Dios. Esa nueva oportunidad, ese tiempo adecuado donde podemos hacer las cosas como Dios manda, y nunca mejor dicho. Pablo se reconcilió con Dios gracias a la misericordia de Cristo Jesús. Tú puedes hacer lo mismo. No importa la distancia a la que estés viviendo de Él, tus blasfemias, tus persecuciones y tus injurias contra Él y su pueblo. Lo que realmente importa para recibir el Kairós de Dios es un arrepentimiento sincero de tus pecados ante Dios que te lleven a servirlo dando gracias, como el apóstol, por la nueva oportunidad que Dios le dio, una muestra más de que Dios es misericordioso, perdonador y dador de un nuevo sentido. El Kronos sin el Kairós hace perder el tiempo a una vida entera.

Entra en el Kairós de Jesucristo.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 29 de enero de 2022

Oposición a Dios

Hoy la figura autoritaria del padre está devaluada y hasta ridiculizada. Desde tiempo atrás el papel que desempeñaba el padre de familia se ha devaluado, por la dejadez de los propios padres, hasta convertirlo en un mero colega y amigo chachi piruli de sus hijos. Lo patético del asunto es que otros, que no aman a los hijos de otros ni remotamente como sus padres, usurpan ese papel autoritario que deben ejercitar los padres y “educan” o más bien influencian allá donde esos padres no quieren. El resultado obvio son niños mal criados porque sus padres fueron remisos (¡flojos!) para educarlos como Dios manda. En vez de bendecirlos, los han maldecido y la soga puede que nunca se rompa.

Si continuáis en vuestra oposición a mí, y no me queréis oír, yo enviaré sobre vosotros siete veces más plagas por vuestros pecados. (Levítico 26:21)

El pueblo de Israel fue advertido por Dios a través de Moisés de los males que le sobrevendrían si se oponían a obedecerlo. Dios es el Padre perfecto. Por eso es Dios. Él desea lo mejor para Sus hijos y, no solo les advierte de no desviarse, sino que, además, está dispuesto a corregirlos por medio de un severo castigo. Tal como haría un padre con la cabeza en su sitio. Dios bendice a Sus hijos, ¡sí! Dios castiga a Sus hijos, ¡sí! Todo aquel que se opone a Dios recibe el castigo que merecen sus actos contrarios a la voluntad de Dios. Ahora bien, los hijos de Dios reciben el castigo para bendición y Él ha prometido restaurarlos “Yo no los desecharé” (Levítico 26:44). Como un padre con dos dedos de frente haría con sus hijos.

Querido lector, ¿eres hijo de Dios? Hijo de Dios son aquellos que han creído en Jesús como único Salvador y Señor por medio de la fe en Su sacrificio en la cruz por ellos. Sus muchos pecados los han ahogado y humildemente se han arrepentido de ellos delante de Dios. Puede que vivas la mar de tranquilo. Puede que vivas sin temores. Puede que vivas sin necesidades. Pero todo eso son narcotizantes que te llevarán al mismo infierno. El secreto de la salvación es obedecer a Dios y eso solo lo pueden hacer Sus hijos gracias a que Él los educa y corrige con mano firme. Igual que un padre ama a sus hijos. La única forma para que Dios no te deseche es pertenecer a Su pueblo, la iglesia de Cristo, a través de poner tu fe en Jesús y arrepentirte de tus muchos pecados.

No te opongas, sino ríndete ante Jesucristo.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 22 de enero de 2022

Sal del Molde

Es fácil imitar sin darse cuenta de ello. Somos hijos de nuestro tiempo, dirían algunos. Nuestras maneras de vivir son el fruto de nuestra manera de pensar y, aunque nos gusta sentir que somos libres, la realidad es otra muy diferente. Somos esclavos de nuestro tiempo. Por lo tanto, es fácil amoldarse a los requerimientos sociales que trasuntan en cada época. Este mundo tiene un mismo molde para todos. Si te sales del molde serás visto como alguien raro que no cumple con las reglas (aunque no estén escritas) de lo socialmente correcto y admisible. Amoldarse es sinónimo de falta de libertad.

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. (Romanos 12:2)

Acabo de aprender una palabra nueva: apateísmo. La palabra viene de apatía (falta de interés) y teísmo (creencia en Dios). El significado resultante es indiferencia o falta de interés por las cosas de Dios. El molde que esta sociedad está imponiendo es la indiferencia hacia el Dios revelado en la Biblia. No es que la gente ha dejado de indagar en el mundo espiritual. Es que la gente busca en cualquier sitio respuestas a sus inquietudes espirituales, excepto en el Dios revelado en la Biblia por medio de Jesucristo. Contra ese molde mundano, que desecha a Jesucristo, nos advierte el apóstol Pablo.

La Biblia te aconseja: sal del molde. Una sola cosa se puede hacer para desmoldarnos: trabajar en la transformación de la renovación de nuestros pensamientos. El propósito no es otro que descubrir cuál es el pensamiento de Dios. En un mundo apateísta por amoldamiento (no por haberse puesto a profundizar en el pensamiento ideológico mundano) la solución es pensar como Dios piensa, y eso les da pereza. Todo lo que suena a transformación, renovación, pensamiento y comprobar es demasiado esfuerzo en una sociedad acostumbrada a la velocidad del microondas e internet. Solo a los que han tomado la decisión de salir del molde Cristo les muestra Su buena voluntad, agradable y perfecta. Él sufrió en una cruz dando Su vida por ti y por mí para que conociésemos la Verdad. Él es la Verdad. Esa Verdad que descubrimos cuando nos desmoldamos valientemente y creemos en Jesús, nos arrepentimos de nuestros pecados y vivimos según Sus pensamientos y no los moldeados por un mundo apateísta.

No sigas el modelo mundano, sigue a Jesús.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!


sábado, 15 de enero de 2022

¡Vamos a Morir Todos!

¿Cuántas advertencias necesitamos para dejar de desobedecer a Dios? ¿Cuántas pruebas pasaremos para darnos cuenta que vamos por mal camino? Faraón y su pueblo son un ejemplo de desobediencia a la voluntad divina a pesar de las pruebas que Dios mismo les hizo padecer por su obstinación y rebeldía. Dios nunca ha cesado de revelar Su voluntad a las naciones, pero éstas se empeñan en seguir la tendencia arraigada profundamente de sus pecados. Al igual que Faraón y los egipcios, desoyen la voluntad de Dios revelada en la Biblia. Aunque viven calamidades provocadas por ellos mismos, debido a la dureza de sus mentes y corazones, que se rebelan contra todo lo que provenga de Dios, siguen en sus trece.

Vamos a morir todos. (Éxodo 12:33)

Faraón y los egipcios, solo cuando vieron peligrar sus vidas, hicieron lo que Dios les pedía: dejar marchar a Su pueblo para adorarle en el desierto. “Si no dejamos marchar al pueblo de Israel, ¡vamos a morir todos!" La prueba la tuvieron en los primogénitos de Egipto. Todos sus primogénitos murieron, hasta los primogénitos de los animales. Pero en algo se equivocaron rotundamente: ¡NO VAMOS A MORIR TODOS! Dios protegió a los primogénitos de Israel porque fueron obedientes a las directrices que Dios les dio. Para salvar de la muerte a sus primogénitos debían pintar los dos postes y el dintel de sus puertas con sangre de corderos. Así lo hicieron y nadie murió en Israel.


El cordero sacrificado, que debían comer en la pascua judía, y la sangre cubriendo la entrada de sus casas representan a Jesucristo. Él fue el Cordero de Dios que derramó Su sangre clavado a dos postes de madera, una cruz, para que todos aquellos que se protegieran detrás de Él no murieran. ¡NO VAMOS A MORIR TODOS! Solo aquellos que siguen los dictámenes de Egipto y Faraón obstinados en hallar en ellos la seguridad, prosperidad y salvación que esperan. Viven tan cegados que con unas migajas son felices. Continúan rechazando poner la fe en Cristo con mil excusas absurdas mientras su mundo se cae a pedazos. Querido lector, te invito a salir de Egipto y del influjo de Faraón. Arrepiéntete de tus pecados ante Dios, vuélvete a Jesucristo y serás eternamente salvo de todo aquello que te está arrastrando al infierno: tu credulidad a Faraón y Egipto y tu incredulidad hacia Jesucristo.

Jesús o Faraón, tú decides.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 8 de enero de 2022

Destituido

Más de uno veríamos de justicia que algunos fuesen destituidos de sus cargos ya sea por la ineficacia, traición o inmoralidad en el diario desempeño de sus labores. La prevaricación, conocimiento de las leyes y saltárselas a la torera, es motivo suficiente para ser destituido de un cargo sea menor o mayor. Pero el destituirlos, para tranquilidad de los malos gestores, no es flor de esta sociedad porque transige con los males de una casta privilegia con tal de recoger migajas. Menos mal que no hay mal que por cien años dure ni cuerpo que lo aguante… en este mundo.

Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios. (Romanos 3:23)

Para la Biblia todos estamos destituidos, pero no de un cargo más o menos relevante por incompetencia profesional o moral, sino que estamos destituidos por nuestra incompetencia personal y moral de la mismísima gloria de Dios… en este mundo y en el venidero. La causa: nuestros pecados. De eso no se libra nadie porque todos han pecado de forma muy consciente e intencional. Al igual que el prevaricador no obedece la ley a sabiendas, nosotros nos saltamos la ley de Dios a sabiendas y voluntariamente… sin que nos empujen. Aquí podrás escabullirte del juicio de los hombres, sin embargo, de Dios no te puedes escaquear porque tus pecados son visibles ante Él.


Solo hay una esperanza y espero, por tu bien, que te acojas a ella. Esa esperanza es Jesucristo. Él vino a nosotros para librarnos de la condenación por el pecado. Se sacrificó en una cruz para que pudieses recibir el perdón de Dios si te arrepientes de ellos. Tus pecados no te pueden condenar a menos que elijas no creer en Jesucristo. Tu única esperanza es creer en Él como tu único Señor y Salvador. Hazlo hoy, querido lector. De lo contrario, te encaminarás a un lugar inaguantable como es el infierno… en el mundo venidero.

Líbrate de la destitución eterna creyendo en Jesús.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 1 de enero de 2022

2022

Después de un par de años convulsos la incertidumbre es la “nueva normalidad”. ¿Qué deparará este nuevo año que comenzó hoy? La gran mayoría sigue confiando en la ciencia para mitigar sus males, aunque está les haya fallado estrepitosamente. Los que confían en los políticos siguen ciegos ante la evidencia de sus desfalcos y prevaricaciones. Por desgracia, pocos son los que ponen su confianza en Dios buscando en Él la fuente de toda esperanza. Dios no falla. El hombre, sí. Dios desea salvar a la humanidad. El hombre destruirla para su propio beneficio. No hay más ciego que el que no quiere ver, como dice el refrán.

Así ha dicho el Señor: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta del Señor. Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada. (Jer. 17:5-6)

 

Este año traigo un mensaje pesimista: si se sigue confiando en el hombre y dándole la espalda a Dios toda esperanza es inútil. Recuerda: el hombre falla y Dios, no. La confianza en las capacidades humanas es tan grande hoy día que se ha desterrado a Dios de la ecuación. Las criaturas creadas por Dios se han vuelto totalmente en su contra. El futuro de los que actúan de esa guisa tienen el futuro muy oscuro. Estarán secos y muertos, como la retama en el violento desierto. Serán tan insensibles, como los muertos, que no percibirán ni un atisbo de bondad cuando pase por su lado. Su lugar de residencia está seco y solitario, como el desierto. Estás imágenes no son nada esperanzadoras para aquellos que persisten en tener fe en hombres como ellos.

Bendito el varón que confía en el Señor, y cuya confianza es el Señor. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto. (Jer. 17:7-8)


Este año no quiero dejar solo un mensaje pesimista: si se confía en Dios y se le da la espalda al hombre toda esperanza es posible. Recuerda: el hombre falla y Dios, no. Si el hombre que confía en el hombre está maldito, el hombre que confía en Dios está bendito. La fertilidad riega su vida porque habita en tierra fértil regada por aguas, donde el calor y la sequía no lo secan, sino que siempre está sano y bien enraizado. ¡Qué diferencia! El maldito vive en el desierto y el bendito vive en tierra fértil. El maldito se encamina al infierno y el bendito se encamina al cielo. El maldito sigue a su padre, el diablo, y el bendito sigue a Jesucristo. Una vez más te hago un llamado a depositar tu fe en Jesús. Él dio Su vida por ti en una cruz para reconciliarte con Dios y librarte de la maldición que tus muchos pecados han provocado. Ahora tienes la oportunidad de tener paz con Dios y ser uno de Sus benditos. Arrepiéntete de tus pecados y sigue a Jesucristo.

Escoge, maldición o bendición.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!