sábado, 25 de noviembre de 2017

La Maldad Mueve El Mundo

En uno de los paseos de esta semana hacia el trabajo vi una pintada en la acera que venía a decir, más o menos: “Valora los valores”. Ese era el sentir aunque no recuerdo la frase exacta. Dejando pasar que el que escribió dicha frase se saltó el valor de “no hagas en la calle lo que no harías en tu casa”, la frase que escribió en el suelo tiene su enjundia. En una época en la que parece ser que cada cual tiene sus valores propios este pensamiento a pie de calle llama la atención.

“La maldad mueve el mundo”, me dijo ayer un conocido. Su experiencia profesional le ha llevado a esta creencia personal. En una sociedad donde no se valoran los valores tradicionales como familia, respeto a la vida, Cristianismo, etc., no es extraño que la maldad mueva el mundo. Me sorprendió su respuesta y aunque no se considera cristiano ha llegado a la misma conclusión que la Biblia expone: la maldad mueve al mundo. La siguiente lista engloba de forma perfecta las formas en que la maldad se manifiesta en ti y en tu vecino:

Por pensar que era una tontería reconocer a Dios, él los abandonó a sus tontos razonamientos y dejó que hicieran cosas que jamás deberían hacerse. Se llenaron de toda clase de perversiones, pecados, avaricia, odio, envidia, homicidios, peleas, engaños, conductas maliciosas y chismes. Son traidores, insolentes, arrogantes, fanfarrones y gente que odia a Dios. Inventan nuevas formas de pecar y desobedecen a sus padres. No quieren entrar en razón, no cumplen lo que prometen, son crueles y no tienen compasión. Saben bien que la justicia de Dios exige que los que hacen esas cosas merecen morir; pero ellos igual las hacen. Peor aún, incitan a otros a que también las hagan. (Romanos 1:28-32)

Es increíble que Dios se interesase por un mundo movido por la maldad. La maldad surgió primariamente del deseo de ser como Dios y arrebatarle el puesto. Por eso cayeron Satanás, Adán, Eva, tú y yo. Cada decisión y acción que tomas sin tener en cuenta a Dios es una demostración de tu maldad… de mí maldad. Las decisiones que tomas alejado de Dios dan como fruto final el pecado que está tan vívidamente descrito en el texto bíblico anterior. Dale un repaso honesto y te verás reflejado. A Dios gracias por Su interés en nosotros aunque nosotros no tuviésemos interés en Él. Al enviarnos a Jesucristo abrió las puertas para que aquellos que reconocen su maldad (no la del vecino) puedan reconciliarse con Dios, con ellos mismos y con el vecino. Jesús murió en una cruz para que la ira de Dios contra los malvados fuese satisfecha. Aprovecha, querido lector, porque la oportunidad algún día dejará de existir y las puertas del cielo se te cerrarán.

¿Qué mueve tu mundo?

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 18 de noviembre de 2017

La Diferencia

A menos que sean muy sutiles, las diferencias se hacen notar de forma muy clara. Todos nos habremos encontrado intentando hallar las diferencias que se nos propone entre dos imágenes. Algunas de esas diferencias son fáciles de encontrar y otras resultan difíciles de encontrar. El número de diferencias suele ir en consonancia con la dificultad del reto. Mientras que unos ojos ven primero unas diferencias, otros encuentran otras. El caso es que no todo el mundo tiene agudizado el sentido de la vista para resolver estos “traba ojos”. Si las diferencias materiales nos cuestan, hay que ver las espirituales que tendemos a pasarlas inadvertidas. La Biblia nos ayuda a discernir, no entre dos imágenes, sino entre dos personas: el justo (nótese que no se dice el bueno) y el malo.

Entonces os volveréis, y discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve. (Malaquías 3:18)

Dios dice que el justo existe y el malo también y nos da la clave para discernir con claridad cuál es la diferencia entre uno y otro. La diferencia es solo una: EL SERVICIO. Estás equivocado si pensaste que la diferencia es la santidad moral porque nadie es santo moralmente hablando. Estás equivocado si pensaste que la diferencia estriba en ser bueno o intentar hacer lo mejor. Recuerda que se habla del justo en contraste con el malo, por lo tanto, ante Dios no somos buenos. ¿Qué quiere decir Dios al mencionar el servicio como la diferencia entre el justo y el malo? El justo vive para Dios y el malo para él. El justo busca agradar a Dios y el malo agradarse a él mismo.

Jesús es el Gran Siervo. En una ocasión afirmó: Pues ni aun el Hijo del Hombre vino para que le sirvan, sino para servir a otros y para dar su vida en rescate por muchos» (Mateo 20:28). ¿Vives para servir a Dios o para que te sirvan? Esa es la diferencia entre un cristiano y uno que no lo es. ¿Por qué alguien decide servir a Dios y rehusar otro tipo de servicio? Porque ha tenido un encuentro con Jesús que ha dado Su vida en rescate por él. La cruz que padeció Jesucristo es el mayor acto de servicio por la humanidad que se ha dado en la historia. Cristo murió en rescate de todos los malos para hacer justos a todos aquellos que decidan servirlo. Tu primer acto de servicio es confesar tu pecado ante Dios y creer en Jesús. Después Dios te dirá que debes hacer por medio de Su Palabra, la Biblia.

La diferencia es obvia.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 11 de noviembre de 2017

Hacia Dónde Mirar

Un controlador aéreo tiene que estar concentrado en la pantalla que tiene delante para observar lo que está sucediendo en el cielo. De ello depende la vida de miles de personas que viajan de un lado al otro del globo terráqueo. Muchos desplazamientos se dan a la vez y todos ellos los puede visualizar en un abrir y cerrar de ojos. El controlador aéreo está preparado ante cualquier incidencia por leve que esta sea. No me extraña que ante una huelga de estos profesionales las compañías aéreas se echen a temblar. Sin personas que miren al cielo no se puede volar de forma segura. Me imagino que el siguiente versículo de la Biblia puede ser su mejor eslogan:

Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. (Colosenses 3:2)

A los cristianos se nos aconseja mirar al cielo con el fin de estar orientados a lo verdaderamente importante y trascendente. En el momento que miras a las cuestiones de la tierra “un avión se estrella”. Somos responsables de lo que ocurre debajo de las plantas de nuestros pies y para controlar que no haya incidentes indeseables hay que mirar hacia arriba, donde se hallan las respuestas. Si las personas mirásemos más al cielo y menos a la tierra seguro que algunos de los males que nos azotan como el hambre, la injusticia, los abortos, el lobby gay y la corrupción a todos los niveles, por poner unos pocos ejemplos, dejarían de existir o por lo menos serían atajados justamente. La gente, en general, no haya respuestas y soluciones porque no mira al cielo.


Hubo alguien que se permitió mirar a la tierra porque al hacerlo cumplía los objetivos del cielo: JESUCRISTO. Él vino a nosotros para enseñarnos hacia dónde mirar. De hecho, cuando murió en una cruz escenificó lo que estoy tratando de compartir. Jesús fue alzado de la tierra al cielo para que nuestra mirada se elevase por encima de nuestras cabezas y de esa forma encontrar las respuestas. Cuando miro al cielo veo a Jesús tendiéndome una mano amorosa y diciéndome “Yo soy hacia donde debes mirar”. Querido lector, mira a Jesús. Él tiene las respuestas a tus dudas e inquietudes. Solo Él tiene las respuestas a tus dudas e inquietudes.

¿Hacia dónde estás mirando?

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 4 de noviembre de 2017

Luminosidad

Creo haberlo comentado antes pero viene al caso repetir nuevamente el comentario y es que desde septiembre u octubre comienzo a pensar en las fiestas navideñas. Simplemente me ocurre eso porque es un buen tiempo para recordar que Dios se hizo hombre en Jesús y, de camino, aprovechar para poner música al precioso mensaje de esperanza que entraña la natividad. Realmente es la fecha del año que más me gusta disfrutar.

Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna. (1 Juan 5:20)

Esta mañana pude comprobar una vez más como algunos viven de forma especial la navidad pero desconocen que ella apunta a la cruz. Sí, la Navidad apunta al sufrimiento. Jesucristo no se hizo uno de nosotros para que un buen día comiésemos hasta reventar y cantásemos villancicos vacíos del mensaje profundo del evangelio. JESÚS SE HUMANÓ PARA MORIR. La luminosidad de las calles, los vestidos suntuosos, la alegría del momento y el consumismo exacerbado intentan apagar la verdad del sufrimiento de Cristo.

¿Es una alegría que Dios se hiciese humano? ¡Sí! Pero el gozo mayor lo consiguió Jesús cuando triunfó en la cruz resucitando de la muerte. ¡ALELUYA, Y MIL VECES ALELUYA! Cree en Aquel que se acercó un feliz día para salvarte de las ataduras de tu pecado. Arrepiéntete ante Aquel que sufrió la cruz por amor a ti y te da acceso a la eterna salvación. Como se puede ver la Navidad está relacionada a la Pasión. La primera nos trae a Jesús y la segunda nos salva en Jesús. Muchos siguen disfrutando con Su venida pero no disfrutan de Su salvación. ¡Es una pena!

La luminosidad real proviene de la cruz.


¡QUE DIOS TE BENDIGA!