A menos que sean muy sutiles, las diferencias se hacen notar
de forma muy clara. Todos nos habremos encontrado intentando hallar las
diferencias que se nos propone entre dos imágenes. Algunas de esas diferencias
son fáciles de encontrar y otras resultan difíciles de encontrar. El número de
diferencias suele ir en consonancia con la dificultad del reto. Mientras que
unos ojos ven primero unas diferencias, otros encuentran otras. El caso es que
no todo el mundo tiene agudizado el sentido de la vista para resolver estos “traba
ojos”. Si las diferencias materiales nos cuestan, hay que ver las espirituales
que tendemos a pasarlas inadvertidas. La Biblia nos ayuda a discernir, no entre
dos imágenes, sino entre dos personas: el justo (nótese que no se dice el
bueno) y el malo.
Entonces os volveréis, y discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve. (Malaquías 3:18)
Dios dice que el justo existe y el malo también y nos da la
clave para discernir con claridad cuál es la diferencia entre uno y otro. La diferencia
es solo una: EL SERVICIO. Estás equivocado si pensaste que la diferencia es la
santidad moral porque nadie es santo moralmente hablando. Estás equivocado si
pensaste que la diferencia estriba en ser bueno o intentar hacer lo mejor.
Recuerda que se habla del justo en contraste con el malo, por lo tanto, ante
Dios no somos buenos. ¿Qué quiere decir Dios al mencionar el servicio como la
diferencia entre el justo y el malo? El justo vive para Dios y el malo para él.
El justo busca agradar a Dios y el malo agradarse a él mismo.
Jesús es el Gran Siervo. En una ocasión afirmó: Pues ni aun el Hijo
del Hombre vino para que le sirvan, sino para servir a otros y para dar su vida
en rescate por muchos» (Mateo 20:28). ¿Vives para servir a Dios o
para que te sirvan? Esa es la diferencia entre un cristiano y uno que no lo es.
¿Por qué alguien decide servir a Dios y rehusar otro tipo de servicio? Porque
ha tenido un encuentro con Jesús que ha dado Su vida en rescate por él. La cruz
que padeció Jesucristo es el mayor acto de servicio por la humanidad que se ha
dado en la historia. Cristo murió en rescate de todos los malos para hacer
justos a todos aquellos que decidan servirlo. Tu primer acto de servicio es
confesar tu pecado ante Dios y creer en Jesús. Después Dios te dirá que debes
hacer por medio de Su Palabra, la Biblia.
La diferencia es obvia.
¡QUE DIOS TE BENDIGA!
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