sábado, 27 de noviembre de 2021

Adviento 2021 (1): Nada Hay Imposible Para Dios

La Historia de Adviento, que recordamos año tras año, es la mayor demostración de la cercanía de Dios con nosotros. De hecho, uno de Sus nombres es Emanuel, Dios con nosotros. Dios se hizo carne en Jesús demostrando que nada hay imposible para Él. Todo lo que Su voluntad decreta, es llevado a cabo. Un ejemplo de ello son Sus decretos en la creación. Cada mandato que dio se hizo realidad: “Sea la luz”; y fue la luz (Génesis 1:3). En Adviento decretó a María “Darás a luz un hijo”; y fue Jesús (Lucas 1:31).

Nada hay imposible para Dios. (Lucas 1:37)

Todo parecía ir en contra de María para cumplir la voluntad de Dios de dar a luz a un hijo. ¡No tenía relaciones sexuales con José, su prometido! Aún no estaban casados, solo comprometidos. (En el mundo de hoy, tan sexualizado, esto suena ridículo, pero hubo un tiempo en que las relaciones sexuales se dejaban para el matrimonio). Elisabet, familiar de María, había quedado embarazada seis meses atrás. Aunque era estéril y vieja, Dios obró el milagro y llegó a ser la madre de Juan el Bautista. “Si Dios obró el milagro en Elisabet, también puede hacerlo conmigo”, pensaría María después de escuchar la noticia sobre Elisabet que el ángel le dio.

Al oír la afirmación “nada hay imposible para Dios” de boca del ángel Gabriel, María se sometió a Dios como sierva, cumpliendo la voluntad que Dios determinó para ella. Querido lector, Adviento tiene un claro mensaje para ti: Jesús fue concebido por el Espíritu Santo en el vientre de María para que sepas que nada hay imposible para Dios. De hecho, lo que para ti y para mí era imposible Jesús lo hizo posible. En la cruz pagó la deuda por nuestros pecados al Padre. Lo más difícil Jesucristo lo hizo para que, al confiar en Él nos pudiésemos reconciliar con Dios. Haz lo fácil: arrepiéntete de tus pecados ante Dios y sigue a Jesús. Serás eternamente salvo desde estas navidades que nuevamente recordamos que Jesús se llegó a nosotros.

Dios puede todo.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 20 de noviembre de 2021

Mi Gozo en un Pozo

En muchas ocasiones lo que nos causa alegría, se frustra. Lo que pensábamos que nos daría felicidad al final resulta ser engañoso. Eso ocurre cuando basamos la felicidad en lo efímero, lo quebradizo, la mentira… Nos dejamos llevar por obtener posesiones, escalar nuevos puestos, ser admirados y un sinfín de emprendimientos para dar nuevamente con el gozo en un pozo. El verdadero gozo no está en lo que tengo, lo que soy o lo que despierto en los demás. La felicidad duradera está en encontrar aquello para lo que los seres humanos estamos llamados a hacer en el plano espiritual y material.

Mientras él decía estas cosas, una mujer de entre la multitud levantó la voz y le dijo: Bienaventurado el vientre que te trajo, y los senos que mamaste. Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan. (Lucas 11:27-28)

Jesús lo explicó claramente. Ser bienaventurado no tiene que ver con la familia a la que se pertenece o con la educación que se ha recibido. El gozo duradero emana exclusivamente de la obediencia a la Palabra de Dios. ¿Quién no quiere ser feliz? Sería de tontos no querer serlo. Ahora bien, si eliges la felicidad vana no te extrañes nunca de perderla, como hasta hoy, a la más mínima contradicción. Ten muy en cuenta que el gozo que Jesús da al obedecerlo trasciende a las circunstancias, sean éstas felices o tristes. Es tremendo ver como el suicidio está ganando todas las estadísticas de causas de muerte al año. La alegría se fue de estas personas en grado sumo. Advertencia: Si tu vida se asienta en la alegría fugaz, tienes un problema mayúsculo.

Jesús trae alegría al corazón. Él vino a dar buenas noticias a los mendigos, vino a curar a los que tienen el corazón hecho añicos, vino a liberarnos del pecado y de Satanás, vino a que recobrásemos la vista y dejar la ceguera atrás. ¡Cómo disfrutan aquellos que han obedecido la Palabra de Dios! Jesús, con Su sacrificio en la cruz, nos trajo gozo eterno porque nos dio a conocer la verdad, nos curó el corazón, nos liberó de la muerte y nos devolvió la vista para ver Sus obras por nosotros. Querido lector, ¿quieres obtener esa calidad de gozo? Obedece la Palabra de Dios. Como el mejor inicio de tu obediencia arrepiéntete de tus pecados delante de Dios y comienza a seguir los pasos de Jesús que se hallan en la Biblia. Tu felicidad eterna depende de ello.

Mi gozo está en Jesús.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 13 de noviembre de 2021

La Respuesta Acertada

Como siempre nos encontramos a los “listillos” de turno intentando poner zancadillas a Jesús. Fariseos, saduceos y sacerdotes estaban a la busca y captura de una presa sustanciosa: Jesús. Ahora bien, las respuestas acertadas de Jesucristo eran épicas y han quedado grabadas en los corazones de todas las personas desde que fueron pronunciadas. Es que Jesús no era cualquier persona, ni siquiera cualquier sabio de la época. Jesús era el mismo Dios hecho carne que nos habló de tal forma, respondiendo acertadamente a nuestras inquietudes (sanas o insanas, interesadas o desinteresadas, traicioneras o bienintencionadas), que no había lugar a la duda por parte de Sus interlocutores.

Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. (Mateo 22:21)

En la conocida escena de la moneda con la efigie del César, Jesús no se amilanó ante los fariseos “listillos” de turno, y puso cada cuestión en su lugar. Los poderes del mundo debían recibir aquello que era suyo: los impuestos, mientras que Dios debía de recibir lo que también era Suyo: honra. ¿Estaban dispuestos los fariseos a honrar a César por medio de pagar impuestos, pero no estaban dispuestos a honrar a Dios por medio de reconocer en Jesucristo al mismo Dios? Los fariseos, saduceos y sacerdotes no estuvieron dispuestos a honrar a Dios por medio de reconocer a Jesucristo como el Mesías prometido desde la caída del hombre en el pecado.

Jesucristo tiene la respuesta acertada que estás buscando. Ahora bien, ¿con qué actitud le preguntas? ¿Vienes como los fariseos a pillarlo en algún fallo? ¿Le preguntas como los saduceos para desacreditarlo doctrinalmente? ¿Te presentas ante Él como los sacerdotes con el fin de seguir manteniendo el estatus que Jesús pone en peligro? Sea el caso que sea, recibirás una respuesta de Jesucristo certera, pero está en ti reconocer Su Verdad, Su conocimiento y Su autoridad. De lo contrario, Jesús te habrá respondido certeramente, pero tú seguirás siendo un fariseo hipócrita, un saduceo creído y un sacerdote blasfemo. Acércate humildemente a la cruz, lugar donde Jesús responde a tu más grande pregunta: ¿Qué puedo hacer para ser salvo? Jesús te responde, una vez más con Su acierto: Cree en mí y serás salvo.

Da a Jesús lo que te pide.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 6 de noviembre de 2021

Ecólatra

Al final todo lo que el ser humano ama lo transforma en un ídolo idólatra. Ahora la ecología se une a la pasarela de los ídolos reverenciados. Perseguir el ideal de una ecología verde, sostenible (y feminista) termina siendo un ídolo que exige devoción, sumisión y sacrificio. Por eso no es de extrañar que un cartel publicitario defina como ecólatra a todos aquellos que sienten devoción por una ecología verde, sostenible (y feminista). Es que el corazón del ser humano, cuando deja de adorar a Dios (verdadero objeto de nuestra adoración), se convierte en idólatra de aquello que persigue, véase la ecología convertida en ecolatría.

Los ídolos de ellos son plata y oro, Obra de manos de hombres. […] Semejantes a ellos son los que los hacen, Y cualquiera que confía en ellos. (Sal 115:4, 8)

Los ídolos que crean las personas pueden estar fabricados de materiales valiosos, pero solo son hechos por manos imperfectas que quieren alcanzar la perfección salvándose a ellos mismos del destino que saben que les espera. Un ídolo es frío, mudo, sordo, inexpresivo… sin vida. Pues bien, los que moldean tales ídolos son fríos, mudos, sordos, inexpresivos… sin vida. Un ídolo es cualquier cosa que pones en lugar del Dios Verdadero. Solo Dios puede ser adorado y Él no comparte esa honra con nada ni con nadie. Si idolatras a la ecología, eres un ecólatra. Has cambiado la adoración a Dios por un ideal que es estéril a la hora de redimirte.

Deja de confiar (poner tu fe) en lo que no te conviene. Ningún ídolo te librará de tus pecados que te han apartado de Dios. Es más, tus pecados aumentan cada vez que te arrodillas ante tus ídolos en actos de sumisión y sacrificio. Solo Jesucristo es digno de ser adorado. La razón es muy sencilla. Él es Dios. El Dios que pagó por tus pecados de idolatría en una cruz para que con Su sacrificio pudieses reconciliarte con Dios Padre. Querido lector, ser un idólatra te llevará al infierno, pero ser un adorador te llevará al cielo. ¿A qué estás esperando para cambiar tus ídolos por el Dios Verdadero? Arrepiéntete de tus pecados ante Dios y sigue a Jesús.

No sigas las modas idolátricas.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!