sábado, 30 de diciembre de 2017

Separatismos

No quiero acabar este año sin escribir mi parecer sobre los conflictos humanos que trae la política separatista en mi país, España. Al fin y al cabo los conflictos los generamos las personas cuando queremos imponer nuestros paradigmas, sueños o preferencias. El conocido lobby LGTBI impone sus ideales minoritarios a la gran mayoría de la sociedad que no es homosexual. El mensaje navideño del rey dejó claro que no se puede imponer ninguna idea al resto. Me imagino que esa aseveración real no trascenderá pues no será tomada en cuenta. Los separatistas catalanes, vascos, gallegos, andaluces… intentan imponer sus deseos de emancipación a cualquier costo. Eso sí, cuando la cosa demanda sacrificio personal toca marcharse del país y ser alabado como un mártir.

Esto dice el SEÑOR: Malditos son los que ponen su confianza en simples seres humanos, que se apoyan en la fuerza humana y apartan el corazón del SEÑOR. Son como los arbustos raquíticos del desierto, sin esperanza para el futuro. Vivirán en lugares desolados, en tierra despoblada y salada. (Jeremías 17:5-6)

Dios avisa a todos aquellos que confían en sus iguales apartándose de Él. Dios los ve como a seres enfermos y sin solución. La soledad y la infertilidad los acompaña. El pecado de ellos es como el primigenio: Quitar al otro para ponerme yo, es decir, quitar a Dios para colocarme yo. Usurpar el poder a otro para erigirme poderoso. Un juego pecaminoso que solo trae desolación e infertilidad, o lo que es lo mismo, ruina.

Pero benditos son los que confían en el SEÑOR y han hecho que el SEÑOR sea su esperanza y confianza. Son como árboles plantados junto a la ribera de un río con raíces que se hunden en las aguas. A esos árboles no les afecta el calor ni temen los largos meses de sequía. Sus hojas están siempre verdes y nunca dejan de producir fruto. (Jeremías 17:7-8)

¡Qué contraste más evidente! El hombre que pone su fe en Dios es fértil. Así de simple así de sencillo. Por esto quiero proclamar junto al salmista Dichosa la nación cuyo Dios es el SEÑOR, el pueblo que escogió por su heredad (Salmos 33:12). Por desgracia aún España no es la nación de Dios ya que vive en las antípodas de Su Palabra andando tras el consumismo, la idolatría y las aberraciones sexuales. Un día Dios acabará Su obra y España se rendirá ante Jesucristo que pagó en una cruz por sus pecados para darle la oportunidad de arrepentirse de sus pecados y regresar a la comunión íntima con el Padre. Si lees hoy esto no esperes más, querido lector.

El separatismo es estéril.


¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 23 de diciembre de 2017

Navidad 2017 (4) - ¿Luz o Sombras?

Quiero imaginar que la tradición de iluminar la navidad muy en el fondo se inspira en textos bíblicos como “Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12). También puede que se base (muy en el fondo) en “Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo” (Juan 1:9), texto que nos ha acompañado estas navidades. Los escritores de la Biblia identificaron a Jesús como la Luz verdadera, es más, Jesús mismo usa la metáfora de la Luz, entre otras, para explicar Su obra y ministerio entre nosotros. Jesús vino a rescatar a las personas de las tinieblas alumbrándolos para que tengan la Luz de la vida, es decir, que tenga a Cristo, aquella Luz verdadera.

Mientras que las luces que alumbran la navidad son sombras de aquella Luz verdadera, Cristo, lo cierto es que intentan, y lo consiguen, que la gran mayoría viva unas navidades superficiales, donde Jesús es relegado al ostracismo más denigrante. Jesús no se asombra de esto porque ya lo predijo cuando anduvo entre nosotros: “…Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra? (Lucas 18:8). Esta reflexión es el final de la parábola de la viuda y el juez injusto. Nos enseña a orar sin desmayar porque si un juez injusto oye, por su insistencia, a una viuda (ejemplo de exclusión social) ¡cuánto más Dios nos escuchará a nosotros! Millones de personas a lo largo y ancho de este mundo se dejan deslumbrar por las ensombrecedoras luces de la navidad y desechan a la Luz verdadera, Jesús. Queda poca fe.

La Navidad, verdadera, apunta a cuatro cuestiones importantes: Por medio de Jesucristo Dios ideó la salvación, Dios vino a llevarla a cabo, Dios volvió al cielo y Dios regresará a la tierra. Los tres primeros puntos se han cumplido ya: El hombre pecó contra Dios iniciándose el plan de salvación, Jesús vino para traer el mensaje salvífico de Dios muriendo en una cruz en pago por nuestros pecados al Padre y Jesús volvió al cielo junto a Su Padre legando a los cristianos la misión de ser luz del mundo. El cuarto punto aún no se ha cumplido, pero se cumplirá. Habiéndose cumplido los puntos anteriores, ¿qué te hace dudar que el último no se cumpla? Ahora unas luces artificiales apagan la Luz de Jesús del entendimiento de los hombres pero hay esperanza si dejas de mirarlas y miras a Jesús, esa Luz verdadera. Arrepiéntete de tus pecados y confía en Jesús para dejar de estar en la falsa luz de esta sociedad.

¿Te deslumbran las tinieblas?


¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 16 de diciembre de 2017

Navidad 2017 (3) - Privilegio Luminoso

Año tras año el tiempo de adviento nos recuerda que somos seres privilegiados. Si echamos un simple vistazo a nuestro alrededor encontramos que la belleza nos rodea, belleza que en muchas ocasiones hemos afeado intentando poner de nuestra parte. Además, aún podemos respirar oxígeno que nos posibilita la vida, aunque en algunas ciudades ya cueste hasta respirar. En muchos lugares se disfruta de libertad para decir y pensar, y la contrapartida es que en otros tantos sitios se penaliza dicha libertad. A nuestros países considerados libres ya está llegando a ser frágil la libertad por causa de los movimientos de gays y lesbianas en su intento de imponer sus parámetros de pensamiento. No soy profeta pero lo conseguirán. Lo cierto es que aunque privilegiados corrompemos aquello que tocamos. Sí, adviento nos recuerda nuestros privilegios pero también nos recuerda nuestras miserias.

Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. (Juan 1:9)

La última parte del versículo anterior nos recuerda que la Luz verdadera vino a nosotros. Esta acción de Dios, por medio de Jesucristo haciéndose carne, nos privilegia. Que Jesús habitase entre nosotros para alumbrarnos apunta a nuestra ceguera. En el Edén tuvimos todos los privilegios que el hombre jamás soñó pero se perdieron (los perdimos) por causa de nuestro pecado. Al igual que nos estamos cargando todo lo bello de la creación de Dios defenestramos a Dios de nuestras vidas por el hecho de desobedecerlo. Cristo nos habla de que hay algo que arreglar con Dios para volver a ser seres realmente privilegiados.

Ahora bien, el asunto que hay que arreglar entre tú y Dios Jesús lo reparó muriendo en una cruz. Él pagó por ti y por mí porque nosotros no podíamos haberlo hecho. Nuestros pecados han sido saldados y solo falta que confiemos en que el sacrificio de Cristo es suficiente para salvarnos eternamente. Querido lector, no tienes que hacer sacrificios pues Jesús ya los hizo por ti; no tienes que adherirte a una religión se llame como se llame pues el Cristianismo no es una religión, sino una relación íntima con Dios; no tienes que guardar ritos neuróticos sino vivir como Jesús lo hizo, en obediencia a Su Padre. Por lo tanto, solo arrepiéntete de tus pecados ante Dios y ten fe (confía) en que Jesús, solo Jesús, te puede salvar.

Adviento es la Luz que vino.


¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 9 de diciembre de 2017

Navidad 2017 (2) - Luz Para Todos

Todo se dispone a subir de precio a finales de año para que el nuevo año nos “regale” bolsillos más estrechos porque ya no se necesitarán tan amplios, pues no hay mucho que meter en ellos, económicamente hablando. La luz, el gas, la basura, el agua y la mala gestión económica de nuestros gobernantes se ceban con los susodichos bolsillos del contribuyente, tú y yo. En este mundo no se halla de forma natural lo gratuito. Es más, tendemos a desconfiar de lo gratis por, al menos, dos razones. Primera razón: “Si es gratis no puede ser bueno”. Segunda razón: “Si es bueno no puede ser gratis”.

Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. (Juan 1:9)

Las cuestiones que verdaderamente importan no están al alcance de una chequera. El amor no se puede comprar, la paz no es una ganga, la vida solo nos atrevemos a quitarla, la libertad no se encuentra ni El Corte Inglés… ¡La salvación eterna tampoco! Ningún multimillonario de este mundo puede pagarla. ¿Por qué? Nosotros no somos generadores de amor, paz, vida, libertad o salvación. El generador de todo ello y más es Jesucristo. Él trajo la Luz que alumbra a todo hombre de forma gratuita, como las cosas realmente valiosas que no nos ha costada nada pero podemos disfrutarlas.

Dios, por medio de Jesucristo, quiere alumbrar tu mente y corazón. Todo hombre, es decir, la humanidad al completo tiene el privilegio de entender el mensaje del evangelio. El evangelio es Dios hecho carne a través de Jesucristo. No es una idea, es Cristo. El reto de estas navidades: Date la oportunidad de confiar en la Luz que Jesús te ha dado y comienza a seguirle poniendo tu confianza (fe) en Él. Reconoce tus pecados y arrepiéntete de ellos.

Jesús, a lo largo de la historia, ha dejado un buen reguero de personas que han recibido Su Luz y le han seguido pagando el precio por ser luz de la Luz. Cuando Jesús te da Su Luz te conviertes en luz para otros. Jesús dijo a los cristianos: Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. (Mateo 5:14-16). El costo de la Luz de Cristo es gratuito para ti. A Él le costó la vida en una cruz para darte el amor, la paz, la vida, la libertad y la salvación que merecen la pena y no se pierden. Seguirás en tinieblas si sigues la corriente de la sociedad que vive de espaldas a la Luz.

La verdadera Luz es gratis.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 2 de diciembre de 2017

Navidad 2017 (1): El Cielo Sin Luz

En mi infancia no era de extrañar que la luz se fuese por causa de un apagón de la central eléctrica o por fundirse el plomillo. Cuando el apagón se producía de noche, cosa que recuerdo como lo habitual, todos íbamos a buscar las velas preparadas para estos casos de urgencia. Casi era una aventura encontrarlas pues de un apagón a otro ‒solían no distanciarse mucho el uno del otro‒, se nos olvidaba el sitio donde las habíamos guardado. Cuando pasado un buen rato volvía la luz, la recibíamos con alegría. No es lo mismo la tenue luz de las velas que la brillante luminosidad de la luz eléctrica.

Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. (Juan 1:9)

Un buen día el cielo se quedó sin luz. Se produjo el apagón esperado porque ya estaba dispuesto que así debía ocurrir. Por lo tanto, no hubo sobresaltos ni caras de sorpresa ni ángeles corriendo en busca de unas velas preguntándose dónde las habían guardado. Por un tiempo el cielo sufrió un apagón, no por impago a Endesa ni por un corto circuito ni siquiera por la negligencia de algún operario que se equivocara en el color del dichoso cablecito. Simplemente el cielo se quedó sin luz porque así estaba establecido desde la eternidad.

Si la Luz verdadera, la que nos alumbra, vino a este lugar del universo podemos estar muy alegres, como en mi infancia al volver a disfrutar de la luz, porque tenemos la oportunidad de ver. El cielo se apagó por un tiempo para que la humanidad fuese alumbrada con el que es la Luz verdadera: JESÚS. Qué privilegio más grande que Jesús nos visitase con Su luz. Él es la Luz inagotable y gratuita. No es que Él traiga la luz, nos diga dónde encontrar la luz o simplemente, nos alumbre el camino. ¡No! ¡Él es la Luz!

Jesucristo vino con la misión de alumbrar nuestras mentes y corazones revelando el amor del Padre por cada uno de nosotros. Treinta y tres años después de encenderse Su luz en la tierra Jesús se ofreció sacrificando Su vida por nosotros en una cruz con el fin de encender las nuestras. Recuerda, querido lector, navidad significa que el cielo se quedó sin Luz para que tú y yo fuésemos iluminados por Aquel que es la Luz: JESÚS. Es mi mejor deseo hacia ti que en estas navidades te alumbre Cristo, la Luz del mundo, para que te rindas ante Él con arrepentimiento de tus pecados y comiences a confiar, eso es la fe, en Su Luz Verdadera.

Ahora hay Luz.


¡QUE DIOS TE BENDIGA!