Estas navidades me propongo
relatarles la historia de la navidad aprovechando el texto bíblico que se
encuentra en el evangelio de Lucas. Nada hay mejor para conocer con pelos y
señales la auténtica historia del nacimiento de Jesucristo “quien, siendo por
naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse.
Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y
haciéndose semejante a los seres humanos” (Filipenses 2:5-7). Este
es el Jesús que predico: Dios hecho hombre para acercarse a ti y a mí. Ese es
el resumen de la historia genuina del advenimiento de Jesucristo. Comencemos
pues…
A los seis meses, Dios envió al
ángel Gabriel a Nazaret, pueblo de Galilea, a visitar a una joven virgen
comprometida para casarse con un hombre que se llamaba José, descendiente de
David. La virgen se llamaba María.
El ángel se acercó a ella y le
dijo: — ¡Te saludo, tú que has recibido el favor de Dios! El Señor está
contigo. Ante estas palabras, María se perturbó, y se preguntaba qué podría
significar este saludo.
—No tengas miedo, María; Dios te
ha concedido su favor —le dijo el ángel—. Quedarás encinta y darás a luz un
hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Él será un gran hombre, y lo llamarán Hijo
del Altísimo. Dios el Señor le dará el trono de su padre David, y reinará sobre
el pueblo de Jacob para siempre. Su reinado no tendrá fin.
— ¿Cómo podrá suceder esto —le
preguntó María al ángel—, puesto que soy virgen? —El Espíritu Santo vendrá
sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Así que al santo
niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios.
También tu parienta Elisabet va a
tener un hijo en su vejez; de hecho, la que decían que era estéril ya está en
el sexto mes de embarazo. Porque para Dios no hay nada imposible.
—Aquí tienes a la sierva del
Señor —contestó María—. Que él haga conmigo como me has dicho. Con esto, el
ángel la dejó. (Lucas 1:26-38)
Porque para Dios no hay nada imposible…
…y menos aún cuando se trata de
demostrar Su amor por los seres que Él mismo formó con Sus manos. Jesús fue
anunciado. Todos fuimos apercibidos de Su llegada a este mundo. Aquí no cabe
lugar a hacer oídos sordos y exclamar: ¡Yo no me enteré! Sí hay lugar para el
desinterés, el rechazo o la indiferencia pero no para justificar la
desinformación de este evento sin igual en la historia mundial.
Jesús nos visitó porque lo
necesitamos y el anuncio de Su nacimiento fue el primer paso del plan trazado
por Dios desde que el hombre pecó, despreciándolo. El propósito de este anuncio
especial es darnos un toque de atención para que preparemos nuestras mentes y
corazones a la historia de Jesucristo.
Jesús fue anunciado, por lo tanto,
no digas que no te enteraste.
Continuará…
¡QUE DIOS TE BENDIGA!