Intentar corregir a los burlones y perversos es inútil. Lo único que se te viene encima son insultos y golpes. Aunque tengas razón es mucho mejor callar, no por temor al insulto y las heridas, que también, sino para no caer en la tentación de actuar igualmente como los burladores y los violentos. Ciertamente es más fácil dar lo mismo que uno recibe, pero es de sabios no devolver mal por mal, como enseñaba el Maestro. El silencio es la mejor arma defensiva contra la burla y la violencia. No hay nada más que se pueda hacer contra aquellos que pasan sus vidas entre burlas y palos. Salomón ya lo advirtió en el libro de los Proverbios.
El que corrige al escarnecedor, se acarrea afrenta; El que reprende al impío, se atrae mancha. (Proverbios 9:7)
Jesucristo lo tuvo claro: Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca (Isaías 53:7). ¿Para qué iba a defenderse si añadiría más sufrimiento, insultos y violencia hacia Él? No abrir la boca fue Su mejor defensa en aquellos momentos tan humillantes en que los burladores y perversos quedaron retratados perfectamente por sus fechorías y no pudieron acusarle de nada sin recurrir a la mentira, a la manipulación y al soborno de los falsos testigos. Cuando la verdad nos acompaña solo la mentira parece vencer.
Jesús no salió ileso porque ese fue el camino que escogió para glorificar a Su Padre. Él sabía perfectamente el precio que acarrearía vivir entre burladores y perversos, tú y yo. Con todo y con eso, pagó el precio por nuestras ofensas (burlas y violencia) que para nosotros era imposible, dando Su vida en una cruz. Jesús bendijo a quienes lo maldecían dándoles la oportunidad de ser perdonados por sus maldades ante Dios. Tú tienes la oportunidad de oro de ser reconciliado con Dios a pesar de tus burlas y violencias contra Jesucristo y todo lo que tenga que ver con Él. Solo pide a Dios que te perdone y te reciba como al hijo pródigo, aquel que se burló de su Padre malgastando Sus riquezas, y tuvo que arrepentirse de sus pecados volviendo a los brazos amorosos de un Padre que corrió a su encuentro jubilosamente. Hacer lo contrario es acabar con los burladores y violentos en el infierno.
Deja de ser burlador y violento.
¡QUE DIOS TE BENDIGA!