“Escrito está” es una de las frases conocidas de la Biblia.
Con esa afirmación se quiere dar base y respuesta a determinadas cuestiones
para aclararlas y determinar lo que Dios enseñó sobre diferentes asuntos. Jesús
usó la expresión para recordar al pueblo, y al propio Satanás, las palabras
vertidas en el Antiguo Testamento. La Biblia enseña la verdad de Dios, advierte
sobre la maldad, aconseja cómo vivir y condena la injusticia, entre otros. La esencia
del corazón humano cambió desde que pecó en Edén, por lo tanto, la Biblia es
como el periódico que compramos hoy y que nos sumerge en la más rabiosa
actualidad, enfrentándonos, a modo de espejo, con nuestro verdadero rostro.
No tuerzas el derecho; no hagas acepción de personas, ni tomes soborno; porque el soborno ciega los ojos de los sabios, y pervierte las palabras de los justos. (Deuteronomio 16:19)
El libro de Deuteronomio se escribió aproximadamente en el
1410 antes de Cristo pero sigue estando de rabiosa actualidad. Dios da al
pueblo Su Ley para que vivan conforme a lo recto y justo. Se me viene la imagen
a la mente de una sesión del senado o el congreso donde se abra cada sesión
con las palabras de Deuteronomio 16:19. Todos se ponen de pie como signo de
respeto a la autoridad de la Palabra de Dios y el presidente de la cámara lee
enfáticamente el texto: “No tuerzas el derecho; no hagas acepción de personas, ni
tomes soborno; porque el soborno ciega los ojos de los sabios, y pervierte las
palabras de los justos”. Afirmo que no vendría nada mal recordar,
sesión tras sesión, a aquellos que nos dirigen estás palabras que recuerdan que
se tuerce el derecho, todos no son iguales ante la ley, los pagos en “B” están a
la orden del día y tanto sabios como justos pueden caer en las fauces del
soborno. La Biblia está de rabiosa actualidad.
La tendencia del hombre está encaminada al mal desde que nace
hasta que muere. Todos los estratos de nuestra sociedad dan fe de ello. Sí,
parece ser más escandaloso cuando la corrupción nos golpea desde las altas
cumbres, pero también nos golpea de igual forma desde las bajas laderas. En la
Biblia queda claro que “Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien
entienda, No hay quien busque a Dios” (Romanos 3:10-11). Es por esa
razón que Dios buscó al hombre por medio de Su Hijo Jesucristo. Estamos tan
desesperadamente perdidos y corrompidos que no percibimos nuestra propia
necesidad de salvación. A Dios gracias por Su amor que abrió el camino para
poder ser restaurados. El sacrificio de Jesús en la cruz pagó por tus pecados y
los míos. Ya Dios nos da Su favor, ya las puertas del cielo están abiertas para
todos los que crean en Jesucristo.
La Biblia es actual.
¡QUE DIOS TE BENDIGA!
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