Hubo un rey que por su necedad dividió a la nación que
gobernaba. El pueblo le pidió que los tratase mejor que su padre con la promesa
que le servirían de buen grado. El rey fue a pedir consejo a los consejeros que
lo habían sido de su padre. Le aconsejaron que sirviera al pueblo tratándolos
bien y así se granjearía su lealtad. Esto no convenció al joven e inexperto rey
que les respondió con rudeza y, ni corto ni perezoso, fue a pedir consejo a sus
amigotes de juegos y chiquilladas. Ellos le aconsejaron todo lo contrario a los
consejeros de su padre, convenciéndolo (a todas luces ya estaba más que
convencido) para que fuese más severo en su trato al pueblo que su propio
padre. Desde ese momento la nación quedó dividida en dos. Esa nación fue
Israel, el rey, Roboam y su padre, Salomón.[1]
Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; Mas en la multitud de consejeros hay seguridad. (Proverbios 11:14)
Esta historia bíblica muestra una vez más la rabiosa
actualidad que esconde. Su lectura debería ser obligatoria porque de ser así la
sociedad sería un poco más justa y sabia. Roboam era un rey inexperto pero ese
no era el problema. El problema fue su necedad. Desechó a los expertos en
beneficio de necios como él. Tristemente eso ocurre hoy en España. Los que
gobiernan son necios que desoyen los buenos consejos aplicando la mentira, los
intereses personales y la sed de poder. Cuando la Palabra nos habla de nuestro
estado de corrupción y podredumbre mete el dedo en la llaga, nunca mejor dicho.
A Jesús le pasó algo igual pero a la inversa. Él fue quien
recibió el embiste de los malos consejeros que pidieron a gritos su muerte en
la cruz. Esta semana recordamos el hecho del sufrimiento de Jesucristo. Pareció
que fue derrotado pero nada más lejos de la realidad. Al tercer día resucitó de
la muerte y muchos lo vieron. En la historia de Roboam Dios muestra que era Su
voluntad lo que sucedió. Con Cristo ocurrió lo mismo. Su muerte y Su
resurrección ya estaban planificadas desde la eternidad. Dios está al control
de todo, por algo es Dios. De igual forma, todo lo que sucede a nivel social y
político está controlado por Dios y es simplemente una muestra más de lo que
una sociedad que vive de espaldas a Dios produce. Querido lector, aún hay
tiempo de arrepentirse de los pecados, creer en Jesús como Señor y Salvador
para salvarse eternamente del infierno eterno. Hazlo hoy, mañana puede ser muy
tarde.
¡Resucitó! Los corruptos no pudieron con Él.
¡QUE DIOS TE BENDIGA!
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