La Biblia es un compendio de historia, poesía, profecía y doctrina que hoy, más que nunca, está sentada en el banquillo de los acusados debido a las excusas de los que quieren derrocarla. En el fondo, lo que subyace es negar a Jesucristo y la autoridad de Las Escrituras. De entre las excusas que las personas esgrimen para no creer con fe en Jesucristo se encuentra la valoración que éstas hacen de las manos que Dios usó para escribir la Biblia. Se ha de reconocer que por lo menos, al desestimar a la Biblia como autoritaria por ser “escrita por hombres”, reconocen, aunque no se dan cuenta, que el ser humano es falible a todas luces. Cierto, somos falibles, erráticos e inconsistentes. ¡No hay duda de ello! Las mismas Escrituras nos aconsejan desconfiar de nuestros semejantes.
Así dice el Señor: Maldito el hombre que en el hombre confía, y hace de la carne su fortaleza, y del Señor se aparta su corazón. (Jeremías 17:5)
Lee bien la siguiente afirmación: Dios inspiró a hombres para que escribieran la Biblia. La excusa es: La Biblia está escrita por hombres como yo, por lo tanto, no voy a creer en el mensaje de Jesucristo. La excusa no es que la Biblia haya sido escrita por hombres. La excusa real en la mente y el corazón es no creer que Dios es poderoso y sabio como para inspirar a hombres, como tú y yo, sin que haya un solo error en la Biblia. Muchos han creado un Dios a su imagen y semejanza. Esto les lleva a creer que Dios es como ellos: una Persona mentirosa de la cual se debe desconfiar. Por eso Dios maldice a aquellos que se apartan de Él por confiar en sus semejantes y en ellos mismos.
Confiar en el hombre y en lo perecedero (tus sentimientos, tu salud, tus estudios, tu dinero…) te acarrea maldición, no solo aquí, sino también en la eternidad. Querido lector, eres un ser eterno y aquí decides dónde pasarás esa eternidad: en el cielo o en el infierno. Maldición es hablar mal de algo o alguien. Maldición es rebajar Las Escrituras a una altura humana cuando éstas son de procedencia divina. Puedes, a Dios gracias, revertir tu situación frente a la excusa de denostar la Biblia para no creer y, por ende, reconciliarte con Dios. Haz lo contrario a lo que apunta el texto bíblico y serás bendito. Confía hoy en Jesucristo y deja de confiar en el hombre y en tu propio estatus. Jesús pagó por tus pecados al Padre en una cruz con el fin de liberarte de la muerte eterna, maldición de la que no puedes escapar a menos que creas con fe (confiar) en Su muerte y resurrección. Arrepiéntete de tus pecados, cree en Jesucristo y comenzarás a entender la Biblia en toda su plenitud. Ya no te parecerá un libro más escrito por hombres sino el mensaje de Dios para ti.
Jesús puede quitarte la maldición.
¡QUE DIOS TE BENDIGA!
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