sábado, 20 de febrero de 2021

Okupas Desokupados

Para defender a las ovejas de las bestias los pastores las juntaban en un mismo lugar. En pleno campo y a cielo abierto construían un muro donde meter a las ovejas. El redil tenía una puerta en la cual ponían a un guarda bien armado. Jesús es ese guarda bien armado que ocupa el hueco del redil. Él posee la autoridad necesaria dada por Dios para ocupar ese lugar. Cristo tiene las armas necesarias para ahuyentar a los ladrones violentos. Los que intenten malograr el redil saldrán magullados.

Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. (Juan 10:9)

Frente a los okupas Jesús tendría muy claro cómo actuar. Defendería raudo y veloz a los propietarios de la casa donde los okupas han irrumpido ilegalmente. Los pondría de patitas en la calle por las buenas o por las malas. Por último, los enviaría a la cárcel por invadir una propiedad privada. Jesús es la puerta del redil. Bajo Su vigilancia todo el aprisco puede descansar seguro y sin temor. Nadie puede entrar ni salir sin Su permiso. Él conoce los peligros que asechan a las ovejas y a los enemigos que hay alrededor de ellas.


La puerta más acorazada del mundo es la tapa de una lata de sardinas comparada con Jesucristo. El refugio anti nuclear con mayor aislamiento es una casita de papel al lado de Jesús. El laboratorio con más nivel de esterilidad es un estercolero si se mide con Jesús. Esa Puerta sigue abierta para todo aquel que quiera entrar por ella. Los que no han entrado por la Puerta no han podido experimentar la bondad del Señor. Todavía están a tiempo. Un día, al igual que Dios cerró la puerta del arca, Dios cerrará la Puerta de la salvación. Jesús no estará abierto.

Jesús es la Puerta.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

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