“Yo creo en Google Meet”, me dijo presumiendo. Uno puede ufanarse de creer en la eficacia de algo, como un servicio de Google. Pero decirlo en contraposición con la eficacia de creer en Dios es una sandez supina. Él me dejó claro que creía en Google Meet antes que en Dios. Ahora, eso sí, antes de morir pediría a Dios perdón por sus pecados para ir al cielo. Esa actitud es un contrasentido porque muestra que mi amigo sabía que Google Meet no podría salvarlo en un extremo como la muerte, y Dios sí. Lo que subyace es que mientras las personas pueden, sustituyen a Dios por seres inanimados y servicios que le facilitan la vida. Idolatran a dioses “muñequitos” y al dios Google Meet, entre otros.
No hay semejante a ti, oh Señor; grande eres tú, y grande tu nombre en poderío. ¿Quién no te temerá, oh Rey de las naciones? Porque a ti es debido el temor; porque entre todos los sabios de las naciones y en todos sus reinos, no hay semejante a ti. Todos se infatuarán y entontecerán. Enseñanza de vanidades es el leño. (Jeremías 10:6-8)¡No hay nadie ni nada semejante a Dios! Él es grande y poderoso. No tiene igual. Nada ni nadie pueden hacerle sombra. Todas las naciones y todos los sabios le deben respeto absoluto ante Su Ser único, sin igual. El profeta Jeremías pregunta ¿quién no te temerá, oh Rey de las naciones? Todos los que buscan la grandeza y el poder en el leño no temerán a Dios, es la respuesta. Los que creen en Google Meet se embrutecerán y serán tontos de capirote. ¿Por qué? Porque lo que aprenden de Google Meet es vacío. No sirve para mucho, y menos para ir al cielo. La fe viva, la fe que Dios exige, no es en Google Meet.
La fe que te lleva al cielo tiene por protagonista único a Jesucristo. Puede que seas un gran promotor de Google Meet, idolatrando sus características y hasta defendiéndolo ferozmente, pero es un esfuerzo vano y una pérdida de tu vida, pues creer en Google Meet no te lleva al cielo. ¡Cristo, sí! Google Meet no ha pagado el precio por tus pecados como lo hizo Jesús en una cruz. Google Meet lo único que hace por ti es tenerte ocupado mientras piensas que haces un bien a ti y a los demás. Amigo lector, a Jesús se le debe adoración y a Google Meet nada. Arrepiéntete de tus pecados, sobre todo de aquel que pone a Google Meet por encima de Jesucristo, y ten fe en Él.
No banalices, hombre.
¡QUE DIOS TE BENDIGA!
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