La leche materna, según los entendidos, es el alimento más
completo que existe. Me imagino que será porque posee todos los nutrientes
necesarios para el desarrollo óptimo del bebé. La leche materna es equilibrada
en todos los aspectos, aportando todos los minerales, vitaminas y proteínas que
un cuerpo en crecimiento requiere. La leche materna lo tiene TODO, TODO, TODO… Pero
ese alimento tan completo nos dura solamente el periodo de lactancia. Conocí un
caso de un niño que con más de un año seguía encaramado al seno de la madre…
¡Chupando de la teta!... Nunca mejor dicho. La palabra que describe esa escena
es inmadurez. Cuando crecemos necesitamos usar de diferentes alimentos para
abastecer al cuerpo de todo lo necesario para su buen funcionamiento. Podemos
pecar por exceso o por defecto cuando intentamos nutrirnos adecuadamente.
El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. (Eclesiastés 12:13)
Salomón expone la conclusión a la que ha llegado después de
su experiencia en todos los campos del saber y la práctica sobre todo lo que el
hombre necesita poner en práctica en esta vida. Simplemente dos cosas: TEMER A
DIOS Y GUARDAR SUS MANDAMIENTOS. Al igual que la leche materna tiene todos los
complementos para un crecimiento saludable, llevar a cabo estos dos consejos
nos traerá una vida plena y llena de sentido. Ese es el todo del hombre, según
el experimentado Salomón, cuando llegó al crepúsculo de su vida.
Jesús, el Hijo de Dios y Dios mismo, se nos presenta como el
todo del hombre. Con este fin Él mismo se define como Pan, Luz, Pastor, Camino,
Vida, Agua, etc. De esta forma obtenemos en una sola Persona todo lo necesario
para poder tener una vida completa, tanto física como espiritual. Yo diría que espíritu
sano, cuerpo sano. Eso es lo que nos ofrece Jesús por medio de depositar
nuestra fe en Su Persona y reconciliarnos con Su Padre arrepintiéndonos de
todos nuestros pecados. Haciendo lo anterior, es decir, arrepentirnos y creer
con fe en Jesucristo, es como ponemos en práctica el temer a Dios y guardar Sus
mandamientos. Creo que es sencillo de entender pero difícil de conciliar con
nuestras formas de vida.
La mayoría de las personas, quizá sea tu caso, viven de
espaldas a Dios. No cuentan con Él para nada. De esa forma carecen de una vida
plena tanto física como espiritual. Jesús es mi todo, al punto que no imagino
la vida sin Él. Él dio todo por ti y por mí: bajó del Cielo, caminó entre
nosotros, entregó Su vida en una cruz para salvarnos de la muerte eterna… puso
toda la carne en el asador. ¡Amo a Jesús! No lo puedo evitar. Jesús es el todo
del hombre porque es lo que tú y yo necesitamos para desarrollarnos según Su
plan soberano.
Amigo lector, Jesús tiene todo lo que necesitas para
llevarte al Cielo. Cuídate de la desnutrición que sufres por alimentarte de los
afanes vacíos que este mundo te ofrece y ven a Jesús. No seas terco, deja ese
trabajo para las mulas y comienza a tomar del alimento que Jesús quiere
compartir contigo. Durante las próximas semanas desgranaré cada una de las metáforas
que Jesús usa para describirse. Será un viaje muy nutritivo.
¡Ojo! Andas desnutrido.
¡QUE DIOS TE BENDIGA!
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