La poesía expresa una realidad o ficción con palabras
escogidas de forma especial. Se intenta conseguir que el juego de palabras sea
armonioso como una melodía. La poesía es la expresión de los valores que como
seres humanos albergamos en nuestros corazones. Son experiencias y reflexiones
derramadas en negro sobre blanco. Por supuesto, la Biblia está llena de poesía.
Desde lo profundo de mi desesperación,
Oh SEÑOR, clamo por tu ayuda.
Escucha mi clamor, oh Señor.
Presta atención a mi oración. SEÑOR,
Si llevaras un registro de nuestros pecados,
¿Quién, oh Señor, podría sobrevivir?
Pero tú ofreces perdón,
Para que aprendamos a temerte.
Yo cuento con el SEÑOR; sí, cuento con él;
En su palabra he puesto mi esperanza.
Anhelo al Señor más que los centinelas el amanecer,
Sí, más de lo que los centinelas anhelan el amanecer.
Oh Israel, espera en el SEÑOR;
Porque en el SEÑOR hay amor inagotable;
Su redención sobreabunda.
Él mismo redimirá a Israel de toda clase de
pecado.
(Salmos 130:1-8)
En esta ocasión comparto con vosotros este poema, fiel
testimonio de alguien que tuvo un encuentro con Jesucristo real y trasformador.
Real porque Jesús es una Persona y trasformador porque Jesús lo que toca, lo
cambia. Disfruta, como yo lo he hecho, con estas bellas palabras que manifiestan
lo que muchos ya hemos vivido de primera mano.
Nunca olvidaré aquel día
Cuando a mi vida llegaste
En tinieblas yo me hallaba,
Mas Tú mi senda
alumbraste.
Entre multitud de gente
Vagaba sin esperanza
Como un barco a la deriva
Naufragando, iba mi
alma.
A inquirir comencé un día
¿Qué pasaba? no sabía
Entre temores y dudas,
Existía mas no vivía.
“¿Qué pasa conmigo, Dios?
¿Qué es lo que me está pasando?
Quiero reír y no puedo;
Siempre termino
llorando".
"Ayúdame mi buen Dios;
Ayúdame, te lo pido
Sana ya mi corazón
Y llena hoy mi
vacío."
Al momento algo ocurrió;
Su Palabra El enviaba
"Soy la luz", dijo el Señor;
Por una piedra[2]
me hablaba.
Mi corazón se alumbró;
Comprendí lo que pasaba
Al instante me rendí
Pues JESÚS me
visitaba.
Desde entonces soy feliz;
Tengo paz y tengo gozo
Si me persiguen y ofenden,
Como JESÚS, yo
perdono.
Hoy oro, canto y alabo
A mi Salvador bendito
No me canso de adorar a mi Dios,
Pues Él lo hizo.
¡Gloria doy a mi Señor!
¡Gloria al Espíritu Santo!
¡Gloria al Padre que me dio
Lo que yo estaba
anhelando.
¿Quieres tú también lo mismo?
¿Ansías vivir un cambio?
Ven hoy a mi Salvador,
Mi JESÚS te está
esperando.
−Zaida C. de Ramón‒
“¿Ansías vivir un cambio?”
¡QUE DIOS TE BENDIGA!
[2]
Piedra: Persona que Dios usa sin ésta haberse convertido a Cristo [Si los
cristianos callamos, las piedras hablarán]
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