Hace poco leí sobre grandes personajes de la historia que
sufrían su talón de Aquiles. Aunque eran seres dotados de inteligencia y dotes especiales
su debilidad les hacía frágiles y quebradizos haciéndolos naufragar. Juan el
Bautista tuvo como misión sensibilizar los corazones de los hombres sobre sus
pecados relacionales, de padres e hijos, y de su rebeldía a la justa sensatez. Todo
ello lo hizo indicando que se acercaba el Mesías anunciado por los profetas y
de esta forma preparó el camino del Señor. Si quieres que algo salga bien,
prepáralo. Abona el terreno, siembra, riega y espera la cosecha. Eso mismo hizo
Dios por medio de Juan el Bautista. Aquel nacimiento del Hijo de Dios tuvo
pleno sentido cuando inició Su ministerio avalado por la proclama de Su
precursor, Juan el Bautista.
E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto. (Lucas 1:17)
Si la primera cuestión para preparar tu Navidad es darte
cuenta del corazón pecaminoso que cargas, la segunda cuestión es la voluntad,
tu voluntad. Al sensibilizar a las personas sobre sus corazones pecaminosos se
estaba preparando para Dios un pueblo
bien dispuesto. Es decir, personas con voluntad propia para obedecer a
Jesús cuando Él entrase en escena. Ellos reconocerían en Jesucristo Su deidad
porque era Dios, Su autoridad porque era el Señor y Su salvación de la muerte
eterna porque era el Salvador del mundo. La fe (confianza) nunca ha sido una fe
a tontas y a locas. No. La fe en Cristo está ampliamente fundamentada en la
profecía, en los evangelios, en los escritos históricos extra bíblicos. Sólo
los engañadores, los rebeldes y los cómodos niegan esa realidad.
Por desgracia, Jesús ha quedado muy diluido este tiempo de
adviento. Aunque sea una paradoja, es tristemente cierto. Hemos desplazado a
Cristo del lugar que merece en nuestros corazones y en nuestra voluntad. Si en
tu corazón mandan tus instintos pecaminosos muestras que Jesús no tiene hogar
en él. Si caminas por la vida según te dicta tu voluntad recogerás el fruto de
lo que siembres. Juan el Bautista puso el estándar de corazón y voluntad a la
altura de Jesús. Si no tienes el corazón perfecto de Jesús ni Su voluntad de
servir a Dios estás en problemas. Todos estamos en problemas.
Jesús vino para realizar todo aquello que para ti y para mí
es imposible: salvarnos con un corazón pecaminoso y una voluntad contraria a
Dios. Cristo vino a esta tierra a reconciliarnos con Dios a pesar de que
merecemos el mismo rechazo de Dios por nuestros pecados. Jesús murió en una
cruz con el fin de pagar nuestras deudas a Dios y tener libre acceso al perdón
de Dios por medio del arrepentimiento de pecados y la fe en Jesucristo. ¿Te das
cuenta del estado de tu corazón? ¿Notas como tu voluntad es contraria a Dios?
Si has captado el mensaje es hora de volverte a Jesús voluntariamente estas
navidades.
La Navidad demanda voluntad propia.
¡QUE DIOS TE BENDIGA!
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