“El dolor es el megáfono que Dios utiliza para despertar a
un mundo de sordos”, afirmaba C. S. Lewis. Hoy estamos atravesando por momentos
de miedo y dolor. Los mismos que preguntan: ¿dónde está Dios?, no lo buscan ni
en estas terribles circunstancias. Lo paradójico del asunto es que asumen que
Dios no existe porque no actúa como ellos quisieran en medio de la adversidad. Sin
embargo, Dios no para de actuar. Eso mismo refleja la frase de Lewis: Dios
llama a Sus criaturas aún por medio del dolor. Mientras que el bienestar nos
separa de Dios, el sufrimiento nos acerca a Él.
Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. (Santiago 4:8-9)
Cualquier temor o dolor muestra a la humanidad su gran
debilidad. Muchos se abastecen desmedidamente, mostrando el egoísmo que hay en
sus vidas. Otros confían en la Ciencia-Religión, apartándose aún más del Dios
que los creó. La gran mayoría está tristemente viviendo su vida aletargada y
ajena al gran peligro que corren sus vidas alejándose de Dios. En resumidas
cuentas, todos viven alejados de Dios poniendo su fe en el egoísmo, sus
creencias o su ignorancia.
Busquemos la limpieza, la purificación, la aflicción, el
lamento, el lloro y la tristeza. ¡Allí encontraremos a Dios! Si te escondes en
la felicidad de este mundo te alejarás de Dios; si te refugias en su bienestar
te alejarás de Dios; si te unes a sus ideologías te alejarás de Dios; si te suscribes
a su ciencia-religión te alejarás de Dios. Justo escribiendo estas líneas me ha
enviado un amigo una foto donde un hermoso arco iris se ve en el cielo
malagueño. Me recuerda que Dios sigue llamándonos a cada instante en las
tormentas y en las bonanzas. Dios, por medio de Jesucristo nos sigue llamando. Al
igual que el arco iris fue puesto en alto para recordar que hay esperanza,
Jesucristo fue puesto en alto en la cruz para gritar, en medio del dolor que
padeció, que aún hay esperanza. Querido lector, pon tu fe en Jesús desechando
las mentiras de este mundo. De lo contrario el infierno y la muerte eterna te
estarán esperando. Arrepiéntete de tus pecados, cree en Cristo y serás eternamente
salvo. Aprovecha estos días para leer la Biblia, la Palabra de Dios. Aprovecha
estos días para acercarte a Jesús.
El dolor es bueno si nos lleva a Dios.
¡QUE DIOS TE BENDIGA!
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