En los tiempos que corren ciertos sectores luchan por lo inclusivo pero (señal de los tiempos que corren) se pirran por lo exclusivo. La
prueba más vívida de esto es el uso que se le quiere dar al lenguaje oral para
que todos, todas, todes y todxs (que no sé cómo narices se pronuncia) se
sientan incluidos. Lo cierto es que han hecho del sexo un motor de libertinaje
que solo Dios sabe a qué puerto arribará. Alguien dijo que el sexo mueve el
mundo y desgraciadamente tenía razón.
Esta era tiene como bandera la contradicción. Quizá más que
postmodernismo o transmodernismo debería catalogarse como “contradiccionismo”,
permítaseme la licencia literaria. Por un lado, quieren ser inclusivos y por
otro, exclusivos. Términos que huelen a antagonismo. A todos nos encanta que se
nos vea como seres especiales aunque se luche para que todos seamos iguales. El
caso, para no liarnos mucho, es que si todos somos especiales no todos somos
iguales y viceversa. El mundo está lleno de personas que andan de depresión en
depresión y de angustia en angustia porque no saben su identidad fruto del
pensamiento contradictorio que rampa por las calles y medios de comunicación.
¡Volvamos a la cordura! Para esto el Inclusivismo no sirve
porque es filosofía humana inestable por lo cambiante e interesada que es. Solo
Jesús puede traernos la cordura. Exclusivamente Jesús nos puede hacer entender
los desatinos que hemos perpetrado en nombre de ideologías fatuas. En un
ambiente de verdades relativas hay que proclamar bien alto que las Verdad
Absoluta existe. Esa verdad no es un concepto ni una forma de pensar es una
Persona: JESUCRISTO. Él es la Verdad Absoluta por mucho que les pese a otros y
miren hacia otro lado. Él nos dijo:
Dirigiéndose a todos, declaró: —Si alguien quiere ser mi discípulo, que se niegue a sí mismo, lleve su cruz cada día y me siga. (Lucas 9:23)
Sin relativismos inclusivos Jesús sentenció que Sus
discípulos son personas exclusivas porque le obedecen negándose a sí mismas y
cargando día a día sus cargas. Hoy no es normal encontrar a personas de este
calado, más bien nos topamos con la egolatría y la huida del dolor. Jesús vino
a ejemplificar lo que decía. Esa integridad entre dicho y hecho se corresponde
con la Persona de Jesús porque dio Su vida en una cruz para pagar el precio de
nuestra salvación al Padre, tal como anunció. Si quieres entrar en esta élite
exclusiva de discípulos de Cristo arrepiéntete de tus muchos pecados y cree en
Jesús como Salvador y Señor.
Absolutismo contra relativismo.
¡QUE DIOS TE BENDIGA!
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